Los calcos pompeyanos.

Pompeya es una ciudad congelada en el tiempo: en el 24 de agosto del 79, cuando el Vesubio sepultó esta ciudad y la vecina Herculano en una mar de lava y cenizas.

Pero los cuerpos de los pompeyanos han llegado hasta nosotros, mostrándonos así los últimos instantes de la ciudad, como un recordatorio vivo. En 1860 la dirección de las excavaciones de la ciudad se confió a Giuseppe Fiorelli, que empleó una nueva técnica en los restos humanos y animales encontrados: estos habían quedado recubiertos de una gruesa capa de lapilli, descomponiéndose, pero dejando bajo la capa de cenizas un hueco compacto que el arqueólogo llenó con yeso líquido.

  • Un libro inspirado en los calcos, aquí.
  • Más sobre la erupción en el Blog de Antigua y Medieval, aquí.

1 aportaciones:

Anónimo dijo...

Me ha parecido bastante completo,tenía información muy útil